Hace muchos años siempre creí que mi familia era la mejor, que nosotros eramos criados de una manera distinta y mis parejas siempre tenían una familia RARA. Ese paradigma que tenia no dejaba fluir la relación de pareja y producía conflictos constantemente, pero una vez, leí un libro de Bert Hellinger que me cambio mi vida y me hizo entender que no solo te casa con tu pareja sino con toda su familia........ literalmente.....
Bert Hellinger: Cuando una pareja se encuentra, los compañeros, en un principio suelen tener ciertas dificultades. Frecuentemente estos problemas se deben a que cada uno de ellos viene de una familia diferente. Durante los decenios de trabajo terapéutico con clientes individuales y con parejas he podido observar cómo actúa la conciencia: ¡el hecho es que no dice nada acerca del bien o del mal! De lo contrario, no sería posible que tantas personas cometieran tantas atrocidades con
la conciencia absolutamente tranquila.
La función más importante de la conciencia consiste en vincular al niño con su familia. La conciencia, con una sensibilidad extrema, reacciona a todo lo que el niño tiene que hacer o dejar de hacer para poder formar parte de esa familia concreta. Por tanto, un niño tiene la conciencia tranquila cuando actúa de manera que pueda formar parte de su familia.
En cambio, tiene mala conciencia cuando hace algo por lo que debe temer por su derecho a la pertenencia. Ahora bien, lo que en una familia es considerado una condición para la pertenencia, en otra familia quizás ponga en peligro este mismo derecho.
Así, por ejemplo, antaño había familias en las que era imprescindible ser católico. La persona que renegaba de esa fe era expulsada de la familia. En determinadas familias protestantes, el hecho de ser protestante era una condición indispensable para la pertenencia. Así, pues, cuando uno de los cónyuges provenía de una familia marcada por el catolicismo, y el otro, de una familia marcada por el protestantismo, frecuentemente ambos tenían mala conciencia por su relación. Temían haber perdido la pertenencia a sus familias de origen. En consecuencia, muchas veces se trababa entre los cónyuges una lucha secreta por determinar cuál de las dos religiones salía ganando.
Para que una relación de pareja se logre, cada uno de los compañeros tiene que abandonar a su familia. Y esto no sólo en un sentido ex-terno, sino que cada uno tiene que dejar algunos principios que en su familia eran válidos, para negociar con su pareja principios nuevos que de alguna manera reconozcan los valores de ambas partes. En este nivel nuevo, la pareja puede vivir una relación entrañable.
Algunos dicen: «Mi familia está bien, pero la de mi pareja es mala.» Una frase así es veneno para la relación de pareja. Quien se casa con su pareja, también tiene que casarse con la familia del otro. Eso significa que tiene que respetar y amar a la familia de su compañero, como si fuera su compañero mismo. Sólo así, este amor puede lograrse.
Extracto del libro Lograr El Amor en La Pareja de BertHellinge